Pese al potencial que tiene Samaná para convertirse en un referente turístico en República Dominicana y el Caribe, aún no logran darse las condiciones para el impulso sostenido de ese destino, por el contrario, está perdiendo competitividad a un ritmo acelerado, muestra de ello es que en la temporada de cruceros de los años 2008-2009 visitaron Samaná 246.000 turistas por esa vía, pero durante la recién concluida temporada de 2013-2014 solo llegaron 91.000 cruceristas para un descenso de un 63%.
Según el presidente del Clúster Turístico de Samaná, Rafael Blanco Tejera, las proyecciones en la industria de cruceros de Samaná no son nada halagüeñas, ya que para la temporada que viene, 2014-2015, solo se prevén 54.000 turistas por vía de cruceros.
De los 54.000 cruceristas que se estiman reciba Samaná en la próxima temporada, la línea Costa Crociere, aportaría 24,120, con la nueve escalas que realizará durante su período de prueba en el destino, de acuerdo con el anuncio que hizo en su momento el director de la empresa Bahía Cruise Services, Federico Schad.
Tras la retirada de Royal Caribbean y Norwegian Cruise Line de Samaná, está claro que el destino debe aprovechar por todos los medios las oportunidades que se le presenten e ir retomando la confianza de las líneas de cruceros. Un puerto de cruceros sería la obra que dotaría a Samaná de nuevos bríos en la atracción de los denominados hoteles flotantes.
Pasando de Samaná a la industria de cruceros a nivel nacional, se pueden apreciar grandes retos que amenazan con opacar ese segmento. Para el vicepresidente de la Asociación de Hoteles y Turismo de República Dominicana (Asonahores), Arturo Villanueva, es necesario enfrentar con responsabilidad el problema del ordenamiento de los servicios y productos que se ofrecen a los cruceristas, con el fin de que esta industria pueda desarrollar su potencial e impactar en la economía nacional como se proyecta.